
Secretaría de Hacienda descarta reforma fiscal en el corto plazo y destaca fortaleza recaudatoria.
Durante su participación en la Reunión Nacional de Consejeros Regionales 2025 de BBVA México, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Edgar Amador, descartó la implementación de una reforma fiscal en el corto plazo. La decisión, explicó, obedece al notable incremento en los ingresos tributarios, los cuales se han logrado sin modificar la estructura fiscal vigente, sino a través de una mejora en la eficiencia recaudatoria.
Según lo expuesto por el funcionario, México ha logrado aumentar sus ingresos fiscales en dos puntos porcentuales del PIB, sin necesidad de nuevos impuestos. Este resultado, afirmó, es consecuencia directa del combate efectivo a prácticas de evasión y elusión fiscal, lo que ha permitido fortalecer las finanzas públicas sin recurrir a mayores cargas tributarias.
“México logró dos puntos porcentuales (en los ingresos tributarios) sin que hubiera reforma fiscal”, señaló Amador ante un auditorio de más de 500 personas.
El titular de Hacienda subrayó que antes de considerar cualquier modificación al marco tributario, el gobierno federal priorizará la exploración de todas las vías posibles para incrementar la recaudación a partir del cumplimiento voluntario y la fiscalización estratégica. A su juicio, lo “fácil” sería elevar impuestos, pero reiteró que esta no es la primera opción del Ejecutivo.
En su intervención, también abordó la sostenibilidad de la trayectoria fiscal del país. Indicó que, incluso en escenarios adversos como la volatilidad cambiaria o un entorno de tasas de interés elevadas, México cuenta con una posición fiscal robusta. Esta fortaleza ha contribuido a que las principales agencias internacionales mantengan la calificación crediticia del país, lo que, en consecuencia, reduce el costo de financiamiento.
“Una calificación estable no sólo genera confianza, sino que también reduce el costo de financiamiento, liberando espacio fiscal para la inversión estratégica”, puntualizó.
Amador resaltó que esta solidez fiscal se ha alcanzado sin comprometer los niveles de inversión pública ni el gasto social, lo cual representa —dijo— una ventaja competitiva para México frente al contexto internacional de alta volatilidad.
No obstante, reconoció que los riesgos externos persisten, entre ellos la inestabilidad financiera global, las disrupciones logísticas y las tensiones geopolíticas. Frente a estos desafíos, aseguró que el país dispone de “amortiguadores fiscales” y una estrategia definida para hacerles frente sin poner en riesgo la estabilidad económica.
Para concluir su participación, el secretario reafirmó que México no está simplemente reaccionando a los retos externos, sino que trabaja en la transformación estructural de su modelo de desarrollo, guiado por una visión de largo plazo y bajo los principios de responsabilidad fiscal.
Las reacciones a este anuncio no se han hecho esperar. Diversos analistas económicos y organismos empresariales han recibido positivamente la postura del secretario Edgar Amador, considerando que mantener sin cambios el marco tributario brinda certidumbre a los inversionistas y evita una mayor carga fiscal a los contribuyentes. Resaltan que los aumentos en la recaudación, logrados a través del combate a la evasión y elusión fiscal, demuestran que aún existen áreas de mejora dentro del sistema actual antes de recurrir a nuevos impuestos.
Además, la decisión de evitar una reforma fiscal inmediata se interpreta como una señal de responsabilidad en la gestión pública, al priorizar el aprovechamiento eficiente de los recursos existentes sin afectar el dinamismo económico ni frenar la inversión privada.
Por otro lado, especialistas en política fiscal y organismos internacionales han señalado que, si bien el aumento en la eficiencia recaudatoria es positivo, el modelo tributario mexicano continúa siendo limitado en términos de progresividad y base gravable. Argumentan que, sin una reforma estructural, el país seguirá dependiendo en exceso de ingresos transitorios o sujetos a riesgos externos, lo que podría comprometer su sostenibilidad fiscal a mediano y largo plazo.
También advierten que México tiene uno de los niveles de recaudación como proporción del PIB más bajos entre los países de la OCDE, por lo que una reforma integral sigue siendo necesaria para fortalecer el financiamiento de servicios públicos, infraestructura y programas sociales permanentes.
Fuente: Fiscalia.com

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